LA PORTUARIA PALMIRA

jueves, 2 de mayo de 2019


El Día Mundial Contra el Acoso Escolar, se conmemora el2 de mayo. Se trata de una campaña de concienciación sobre el acoso escolar un problema que afecta a escolares en todo el mundo.​​​ El color del lazo representativo es el púrpura.
Hoy, Día Mundial contra el acoso escolar, vale la pena recordar que los de bullying no son casos aislados ni un problema educativoresidual. Más de la mitad de los niños ha sufrido algún tipo de violencia o humillación en el colegio, la mayoría burlas, rumores o golpes. Y casi uno de cada cuatro admite haber participado en algún acto de violencia o humillación hacia otros compañeros. 
El acoso escolar es un problema global que afecta a todos (familias, profesores y alumnos), pero que en muchas ocasiones no se percibe como tal, a pesar de que sus consecuencias pueden ser graves y permanentes
El acoso escolar también puede ser verbal (insultos, desprecios…) orelacional (“A ti no te invito a mi cumpleaños, y al resto sí”, “Tú no te sientas con nosotros”) y su objetivo es el aislamiento social. El acoso con violencia es más común en los varones. Según el informe de Save the Children, el 30 % de los niños admite que le han pegado, respecto al 14 % de las niñas. En cuanto a las edades, las agresiones se dan más en niños y niñas de 10 a 12 años (un 31 %) y van desapareciendo con la edad: un 22 % de los chicos y chicas de 13 a 15 años y un 10 % de 16 a 17 años dice haber sufrido agresiones físicas. El bullying sin violencia física suele ser más difícil de detectar porque es más sutil, 
Ni son cosas de niños ni hay que aceptarlo, restarle importancia o pensar que desaparecerá si se deja pasar. La frase “esto ha ocurrido toda la vida” no lo legitima. Y afirmaciones como “los niños de ahora no aguantan nada” o “nadie se ha muerto de esto” no hacen sino esconder un problema real que debe abordarse correctamente
a mayoría de los niños, niñas y adolescentes son fuertes y resilientes, es decir, consiguen superar la experiencia. Pero en muchas ocasiones, la víctima acaba experimentando estrés crónico y se vuelve cada vez más débil y vulnerable, no solo en esta fase infantil o juvenil. Diversas investigaciones científicas han demostrado que los niños que sufrieron acoso escolar son más proclives a seguir siendo víctimas en su etapa adulta (violencia de pareja, agresiones, etcétera).


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